A un año de cuarentena por el COVID-19, esto es lo que hemos aprendido.

Si bien la cuarentena se refiere a un periodo de separación o restricción de actividades de 40 días, hace 365 días que estamos aislados (por lo menos a medias) para prevenir la expansión del coronavirus.

El 27 de febrero de 2020 se tuvo conocimiento del primer caso de coronavirus en nuestro país. Y aunque Wuhan, China, el primer lugar del mundo donde se detectó el virus, estaba en cuarentena desde mediados de enero, nosotros “ni en cuenta”.

Casi un mes después de aquella noticia, el 16 de marzo, la Secretaría de Salud anunció la implementación de la Jornada Nacional de Sana Distancia como medida preventiva. Este periodo se extendió y se extendió, el resto es historia.

 Y como el propósito de este texto no es hacer un recuento de los daños, vamos a dejar el enfoque cuantitativo de lado. Es momento de enfocarnos en lo positivo, en lo que hemos aprendido  de esta larguísima cuarentena.

5 cosas positivas que han surgido de la crisis

 

  • Renovarse o morir. Aunque, desgraciadamente, muchos negocios han tenido que cerrar sus puertas, hay otros emprendedores que se reinventaron para ganarle al COVID-19. Las empresas aprendieron a vivir en un entorno digital y, además, a hacerlo desde la empatía.

 

  • Por fin se habla (abiertamente) de salud mental. Dejó de ser un tema tabú cuando miles y miles de personas empezaron a experimentar los efectos psicológicos de la cuarentena. Y ni hablar de quienes, como secuela del COVID-19, están enfrentando síntomas de ansiedad y depresión.

 

  • No somos eternos. Se supone que ya lo sabíamos, pero la pandemia por el coronavirus nos enfrenta, sin anestesia, con la muerte, el dolor y las etapas del duelo. Y aunque aún no podemos compartir como antes con nuestros seres queridos, somos más conscientes que nunca de que el tiempo con ellos vale oro.

 

  • El efecto mariposa. El coronavirus se propagó con tal velocidad que no queda duda de los efectos de la globalización. Ahora comprendemos (o eso espero) que cuando ignoramos las medidas de sanidad propias de esta cuarentena, no solo nos ponemos en riesgo a nosotros mismos.

 

  • Tu salud es lo primero. Y, honestamente, lo único que importa. Y me refiero lo mismo a tu bienestar físico que a tu equilibrio mental. Claro que duele perder un trabajo o ese anhelado estilo de vida, pero ¿qué hay de perder la salud? Exacto, aprendimos a priorizar.

 

Y aunque sé que es difícil rescatar lo positivo en medio de este caos, es lo único que nos queda si queremos mantenernos cuerdos y seguir avanzando. Se llama resiliencia y va mucho más allá de superar las adversidad, tiene que ver con ser transformados por ella.

 

¿Qué has aprendido tú?