¿Miedo a salir de casa tras el confinamiento? Es más común de lo que parece

Se habla, incluso, de una especie de agorafobia asociada con el largo periodo de tiempo que hemos permanecido en cuarentena. El miedo a salir de casa en esta nueva normalidad es una realidad.

Hace apenas unos semanas que algunas empresas reiniciaron actividades presenciales y, luego de más de 1 año en confinamiento, no ha sido fácil. Salir de casa es sinónimo de peligro, pues, en mayor o menor medida, estamos expuestos aún al COVID-19. Hay quienes tienen miedo a salir de casa.

Además, las medidas de sanidad que ahora son esenciales en todo espacio público, pueden resultar abrumadoras. El mundo que conocíamos ya no existe, por lo menos por un buen rato.

La agorafobia es el temor obsesivo ante los espacios abiertos, también a las multitudes y a toda situación en la que una persona pudiera sentirse indefensa. Y tras el confinamiento, es un trastorno que está haciendo acto de presencia. El problema es que el miedo a salir de casa puede ser incapacitante.

Por supuesto que este nivel de ansiedad debe tratarse con un especialista de la salud mental, pues interfiere en la vida personal y profesional de quien lo sufre. El aislamiento, la soledad y el aburrimiento han causado estragos.

En este sentido, hay otro concepto que ha tomado fuerza: el síndrome de la cabaña. Y precisamente tiene que ver con el rechazo ante la necesidad de exponerse, es el miedo a salir de casa después de un largo periodo sin hacerlo. La taquicardia, sudoración y la dificultad motora son algunas de sus manifestaciones.

Este fenómeno ya había llamado la atención en otro momento de la historia. Empezó a mencionarse a principios del siglo XX en Estados Unidos para describir el estado mental de quienes vivían en espacios estrechos o aislados.

El síndrome de la cabaña no es un término del que hablan los expertos en salud, pero la Asociación Psiquiátrica Mexicana sí tipifica el síndrome de la cuarentena como grandes dosis de temor, agresividad y apatía a consecuencia del distanciamiento social. El miedo a salir de casa podría ser justo su continuación.

Lo que es un hecho es que habrá que retomar nuestras actividades poco a poco, nos llevará tiempo adaptarnos a esta nueva normalidad. Habrá que aprender también a nombrar y gestionar nuestras emociones. No es fácil, pero es muy necesario.