Pensar positivo incrementa la esperanza de vida

Nos dicen que para vivir más hay que alimentarnos sanamente, hacer ejercicio y tener un sueño reparador, es cierto. Pero también es cierto que pensar positivo puede alargar y mejorar nuestra calidad de vida.

Gestionar emociones cuando todo va bien es relativamente sencillo, el reto está en mantener el ánimo frente a la crisis. La mente es tan poderosa que ejerce una influencia directa en nuestros actos conscientes. La pregunta es ¿Quién controla tu mente?

Resulta que investigadores de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, afirman que pensar positivo alarga la vida y podría ser tan importante como el hecho de no fumar o de hacer ejercicios de manera regular.

Para controlar tu mente (y tu vida) basta con poner en práctica ciertos hábitos. No tienes que levitar y alcanzar la iluminación, pensar positivo reside en comportamientos mucho más básicos. Aquí algunos tips:

Evita el blanco o el negro. Tendemos a concebir el mundo en opuestos, en extremos y la verdad es que la “magia” de pasarla bien sucede cuando aprendemos a vivir los grises y la incertidumbre de la forma más natural posible.

Ahí reside el aprendizaje transformacional, así que toma una libreta y escribe cada uno de tus grandes “fracasos”, luego concéntrate en pensar positivo, ¿Qué ganaste? Verás que todo depende del cristal con que se mire. Resignificar es muy liberador.

Elimina el autosabotaje. Cada que te des cuenta que estás pensando o diciendo “no puedo”, “soy un desastre” o alguna de esos cuentos que con frecuencia nos contamos, detente y cámbialo.

Elige cuidadosamente tus alimentos. Y no solo los que nutren al cuerpo, sobre todo los que nutren a la mente. Lo mismo hablo de una dieta balanceada que de palabras bondadosas, para pensar positivo tienes que elegir del mundo externo solo lo que te sirve.

Dime con quién andas… Y es que no importante qué tanto mejores tu diálogo interno si sigues demasiado expuesto a energías tóxicas. No estoy sugiriendo que te alejes de amigos o familiares, pero evita caer en sus provocaciones y date un break.

Pon estas estrategias en práctica y verás que con la constancia te sentirás mucho mejor, además, cuando cambias tú, todo cambia.