Durante la audiencia general celebrada en el aula Pablo VI, el papa Francisco hizo un llamado hoy para no perder de vista la verdadera esencia de la Navidad, destacando la necesidad de evitar que el consumismo y las distracciones publicitarias eclipsen su significado.
El pontífice argentino recordó el legado de San Francisco al cumplirse 800 años desde que realizó el primer belén viviente en Greccio, Italia, subrayando que esta tradición nació como una «escuela de sobriedad». El Papa afirmó que el belén tiene el propósito de dirigirnos hacia lo esencial, recordándonos la llegada de Dios a habitar entre nosotros y resaltando la importancia de las relaciones fundamentales, como la familia.
En sus palabras, el Papa aconsejó hacer una pausa frente al pesebre para reevaluar la vida, volviendo a lo esencial. Describió esta experiencia como entrar en un oasis para alejarse del bullicio diario, buscando la paz a través de la oración y el silencio, sumergiéndose en una ternura no contaminada.
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