Detectar terremotos con anticipación sigue siendo un desafío, pero un reciente estudio sugiere que ciertos sismos de gran magnitud podrían manifestar señales características de su preparación meses o incluso años antes de ocurrir.
La investigación, centrada en el terremoto de magnitud 7.8 en Turquía y Siria, y publicada en Nature Communications por científicos alemanes y turcos, resalta la presencia de indicadores notables aproximadamente ocho meses previos al evento.
Estos descubrimientos respaldan la noción de que algunos terremotos importantes experimentan una fase de preparación que podría ser objeto de monitoreo, mostrando similitudes con modelos teóricos y de laboratorio del proceso de falla.
Los investigadores sugieren que establecer sistemas de alerta sísmica requeriría una expansión de las redes de detección y la observación de fallas secundarias, además de las principales.