En las últimas horas, la actividad en Chilpancingo, la capital de Guerrero, se ha visto interrumpida debido a la violencia, que ha afectado el transporte, los negocios y las escuelas. Tras el asesinato de tres transportistas por parte de miembros del crimen organizado, sus colegas han decidido detener sus actividades en demanda de mayor seguridad en el municipio. Las escuelas primarias y secundarias también han suspendido clases desde el 6 de febrero, aunque las autoridades locales han negado tener conocimiento de estas suspensiones. Las imágenes de los medios locales muestran la ausencia de clases en las instituciones educativas. Además, la Coparmex local ha informado que al menos 70 empresas han cerrado temporalmente debido a la falta de seguridad.
La alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández, ha señalado que la violencia en la ciudad no es algo nuevo, ya que ha existido durante al menos dos décadas. A pesar de la situación, ha expresado que no considera que la ciudad esté semivacía, argumentando que la gente debe salir, ya sea con o sin transporte, y continuar con sus actividades laborales.
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