Consejos sencillos para fomentar el amor propio

El autoconcepto es lo que pensamos acerca de nosotros, pero cuando logramos aceptarnos, con nuestros defectos y virtudes, estamos hablando de amor propio. Es como un músculo, se tiene que ejercitar.

Por supuesto, no se trata de conformarnos e ir por ahí con la bandera “yo soy así y no voy a cambiar”, no va por ahí. Cuando conocemos nuestro potencial, podemos pasarla mucho mejor con nosotros mismos, con otros y afrontar cualquier reto.

Amor propio es un concepto complejo, al final de trata de algo que no podemos tocar o comprar en alguna tienda, sin embargo, cuando nuestros pensamientos cambian, nuestro comportamiento también. Así que el amor propio sí se ve.

Seguramente te preguntas cómo desarrollarlo, cómo sentirte mejor; es un trabajo diario y aquí te compartimos algunos sencillos consejos para reconciliarte contigo misma y crecer como persona:

Cuida tu cuerpo. Todo lo que entra a tu cuerpo puede ofrecerte una imagen clara de cuánto te amas, así que comienza por elegir con mucha conciencia cómo te alimentas y cómo fortaleces tu cuerpo.

¿Cómo te hablas? Identifica tu diálogo interno e interpreta cada situación que te hace perder el amor por ti. ¿Son pensamientos positivos o negativos? velos y cámbialos. Sé más amable, primero, contigo misma, pues esa es la base del amor propio.

Perdónate. Solemos ser duros y (muy) críticos cuando nos equivocamos. Recuerda que el fracaso también es parte del éxito y que es el único camino para el crecimiento personal y profesional.

No lo pienses tanto. Sobrepensarlo todo te puede robar la paz y una vida movida solo por el ‘corazón’ también es complejo, así que busca el equilibrio e intenta conciliar lo que piensas y lo que sientes, de eso de trata el amor propio.

Agradece. Se trata de un hábito que puede cambiarnos la vida. No olvides agradecer todo lo que tienes a tu alrededor: personas, situaciones o cosas. Todo es producto de tu esfuerzo. Reconoce y agradece a cada parte de tu cuerpo por ser tu cómplice.

No esperes que el cambio se dé de un día a otro, mejorar el amor propio es cuestión de tiempo y hay que tenerlo presente hasta (especialmente) en los peores días.