La noticia sobre la muerte de Joshua Dean, uno de los primeros denunciantes de los defectos en la producción del avión 737 MAX de Boeing, es trágica y preocupante. Dean, ex auditor de calidad en Spirit AeroSystems, falleció después de luchar contra una infección repentina y grave.
Dean, quien tenía 45 años, fue hospitalizado debido a problemas respiratorios y desarrolló neumonía y una infección bacteriana grave en las últimas dos semanas. Su condición empeoró rápidamente, y los médicos consideraron la posibilidad de amputar ambas manos y pies. Además, se informó que Dean sufrió un derrame cerebral.
Dean había sido uno de los primeros en señalar los defectos de fabricación en el 737 MAX, pero enfrentó repercusiones por sus acciones. En octubre de 2022, informó sobre un grave defecto de fabricación en Spirit, pero dijo que la gerencia no tomó medidas al respecto.
Es aún más inquietante que otro denunciante de Boeing, John «Mitch» Barnett, también falleciera recientemente. Barnett, que trabajaba con Dean, fue encontrado muerto en un aparente suicidio mientras estaba en medio de acusaciones de represalias por parte de Boeing debido a quejas sobre problemas de calidad.
Estos eventos plantean serias preguntas sobre la seguridad y la cultura corporativa en Boeing, así como sobre la protección de los denunciantes. Es fundamental que se realice una investigación exhaustiva para comprender las circunstancias que rodearon estas tragedias y tomar medidas para garantizar la seguridad y la integridad en la industria aeroespacial.
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