Cada año, durante la temporada de sequías, una impresionante iglesia dominica sumergida en una presa en Oaxaca emerge, siendo apodada localmente como el ‘templo fantasma’.
Este sitio, que anteriormente fue un lugar sagrado para los pobladores zapotecas, era utilizado para adorar a la diosa de la muerte. Conocido como Guiigu-yudxi en zapoteca, Jalapa del Marqués ha sido un lugar de adoración durante al menos 500 años.
La dinastía zapoteca Zaachila gobernaba esta región antes de la llegada de los europeos, y Xonaxi, la diosa de la muerte y la lujuria, era honrada aquí. Según el catálogo de Dioses y Personajes Míticos, Xonaxi se manifestaba en los terremotos y era temida y venerada en toda la región sureste mexicana.
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